El Ministro del Interior, Armando Benedetti, se ha convertido en el foco de una tormenta judicial y política tras el allanamiento a una de sus residencias por orden de la Corte Suprema de Justicia. Sus airadas reacciones contra la magistrada Cristina Lombana y las múltiples investigaciones en su contra han generado una crisis que escala la tensión entre el Ejecutivo y el poder Judicial. La diligencia judicial, ordenada por la magistrada Lombana, se llevó a cabo en una mansión en Puerto Colombia (Atlántico) en el marco de una investigación por presunto enriquecimiento ilícito. Benedetti reaccionó de manera vehemente, calificando a la magistrada de “loca, demente y delincuente” y denunciando un “abuso de poder”. Este comportamiento provocó la apertura de una indagación disciplinaria por parte de la Procuraduría General y un comunicado de la Corte Suprema exigiendo respeto.
Posteriormente, el ministro se retractó y pidió disculpas públicas, aunque mantuvo sus denuncias sobre extralimitaciones.
Este episodio se suma a un complejo panorama judicial para Benedetti, quien enfrenta múltiples procesos en la Corte por presunto tráfico de influencias en el caso Fonade, enriquecimiento ilícito y posible financiación irregular de campañas. La Fiscalía también abrió una indagación preliminar por presuntas irregularidades en la adquisición de la mansión.
El Gobierno, a través del Dapre, ha cerrado filas en torno al ministro, calificándolo de víctima de “persecución judicial”, lo que agudiza el enfrentamiento entre los poderes del Estado.
En resumenLas investigaciones por corrupción y el enfrentamiento directo con la magistrada Lombana han colocado al ministro Benedetti en una posición vulnerable, provocando una investigación disciplinaria y un profundo debate sobre el respeto a la independencia judicial y la estabilidad en el gabinete.