Colombia asumió un rol protagónico en el escenario internacional al ser anfitriona de la IV Cumbre CELAC-Unión Europea en Santa Marta. El evento sirvió como plataforma para que el presidente Gustavo Petro proyectara su visión geopolítica, en medio de un clima de alta tensión con Estados Unidos. La cumbre, que reunió a representantes de países de Latinoamérica, el Caribe y Europa, fue inaugurada por el presidente Petro con un discurso centrado en los desafíos a la democracia global. El mandatario criticó duramente las acciones militares de Estados Unidos, afirmando: "¿A qué se refiere la libertad y la democracia hoy cuando caen bombas en Gaza, y aun hoy caen bombas en Gaza. Y ahora caen misiles en el Caribe?".
Petro propuso que ambas regiones se conviertan en un "faro democrático" para denunciar y actuar contra lo que calificó de "barbarie" y "despotismo".
Al finalizar la primera jornada, el presidente declaró el encuentro como un "éxito", destacando la insistencia en el multilateralismo y la diplomacia para resolver problemas internacionales.
La cumbre culminó con una declaración conjunta de 52 puntos firmada por 60 países. El evento se desarrolló en un contexto complejo, marcado por la ausencia de líderes clave como los de Alemania y Francia, y la crisis diplomática entre Colombia y la administración Trump, lo que le dio un matiz particular a los diálogos y posicionamientos del gobierno colombiano.
En resumenComo anfitrión de la Cumbre CELAC-UE, el gobierno de Gustavo Petro utilizó el evento para criticar el unilateralismo de Estados Unidos y proponer una alianza entre Latinoamérica y Europa como un "faro democrático". La cumbre reforzó la apuesta diplomática del gobierno por un mundo multipolar, en un momento de máxima tensión en sus relaciones con Washington.