“En el Congreso están mamando gallo.

Llevamos cinco meses y solo se ha debatido una vez.

Eso es una forma de dilatar”, afirmó el ministro. Aclaró que la propuesta de la consulta no es una iniciativa del Gobierno, sino de dirigentes de dos partidos políticos, pero que el Ejecutivo no se opondría si el pueblo quiere pronunciarse. El presidente de la Cámara, Julián López del Partido de la U, ya expresó su apoyo a esta vía. “Si aquí en el Congreso no nos colocamos de acuerdo, entonces que sea el pueblo el que le indique al Congreso y al país el camino”, manifestó. Esta estrategia revive la fórmula utilizada con la reforma laboral, donde la amenaza de una consulta popular presionó al legislativo para reactivar el debate. El Gobierno insiste en que sus “líneas rojas” son la eliminación de las EPS como aseguradoras y el manejo directo de los recursos por parte de la ADRES, puntos en los que el presidente “no esté tan dispuesto a ceder”.