A pesar de su condena en primera instancia y su compleja situación judicial, el expresidente Álvaro Uribe Vélez ha retomado un rol central y activo en la política nacional, liderando una ofensiva para unificar a los sectores de derecha y centroderecha con miras a las elecciones de 2026. Su estrategia busca consolidar una gran coalición anti-Petro, y su posible regreso al Congreso como senador se perfila como una pieza clave en el ajedrez político. Uribe ha intensificado su presencia pública con recorridos por diversas regiones del país, como su reciente visita a Pasto, y ha participado en actos simbólicos, como el homenaje al senador asesinado Miguel Uribe Turbay.
Desde el Centro Democrático, partido que fundó, impulsa una lista cerrada al Senado para 2026, en la que él ocuparía el puesto 25, una aspiración condicionada a los desenlaces de sus procesos judiciales. Gabriel Vallejo, director del partido, afirmó que “Colombia requiere y necesita a Álvaro Uribe en el Senado”.
Para unificar a la oposición, el expresidente ha promovido foros ampliados con precandidatos de diversas corrientes, como Vicky Dávila y Germán Vargas Lleras, y ha modificado las reglas internas de su partido para definir su candidato presidencial mediante encuestas. Aunque su condena por fraude procesal y soborno le impide legalmente ser candidato, su influencia como estratega y figura aglutinadora de la oposición sigue siendo determinante.
En resumenEl retorno de Álvaro Uribe a la arena política reconfigura el panorama de la oposición, posicionándolo no como candidato, sino como el principal articulador de la derecha en su intento por recuperar el poder en 2026, aunque su futuro político sigue supeditado a las decisiones de la justicia.