Obedezcan la Constitución”, declaró la precandidata, en rechazo a la orden del mandatario de articular a las fuerzas militares colombianas con las de Venezuela. La reacción del jefe de Estado fue inmediata y contundente. Anunció que sus oficinas jurídicas presentarían denuncias por sedición contra los candidatos que inciten a la desobediencia de la Fuerza Pública, argumentando que dichos llamados atentan contra la Constitución. Este movimiento fue calificado por usuarios en redes sociales como una contradicción, recordando que días antes Petro había hecho un llamado similar a los soldados estadounidenses para que desobedecieran a Donald Trump en el contexto del conflicto en Gaza.
Dávila respondió desafiante en la red social X: “Aquí espero su denuncia ante su Fiscal de bolsillo.
No le tengo miedo Petro, hágame lo que quiera, pero usted, que sí ha sido un sedicioso que Colombia perdonó, sabe que nuestros militares y policías no tienen por qué servirle al narcodictador Nicolás Maduro”. El Código Penal colombiano define la sedición como un acto armado para impedir el funcionamiento del régimen constitucional, un punto que los abogados de Dávila señalan no se cumple al haber usado solo un megáfono. Este choque evidencia la profunda polarización del país, donde la figura de las Fuerzas Armadas se ha convertido en un campo de batalla retórico en la antesala de la campaña presidencial de 2026.