El exdefensor del Pueblo, Carlos Camargo Assis, se posesionó como nuevo magistrado de la Corte Constitucional en medio de controversias sobre su elección y la notable ausencia del presidente Gustavo Petro en la ceremonia. Su llegada al alto tribunal se produce tras una reñida elección en el Senado que representó una derrota política para el Gobierno, y su discurso de posesión estuvo cargado de mensajes sobre la independencia judicial y los límites al poder. Camargo asumió su cargo ante la Sala Plena de la Corte, un procedimiento que, según se mencionó, se acoge a una sentencia reciente que elimina la obligación de jurar ante el Presidente de la República. La vicepresidenta de la Corte, Paola Andrea Meneses, le dio la bienvenida y destacó su nuevo rol en la construcción de la jurisprudencia del país. En su discurso, Camargo afirmó que no recibe "un privilegio, sino una responsabilidad mayor" y advirtió que "en tiempos de polarización, la tentación del poder de someter las instituciones es más fuerte.
Pero precisamente por eso la Corte debe ser firme".
Estas palabras fueron interpretadas como un mensaje directo al Gobierno de Petro, que se opuso a su candidatura. La elección de Camargo ha sido cuestionada por denuncias de clientelismo, como las reveladas por La Silla Vacía, que señalan que mientras fue Defensor del Pueblo nombró a familiares de magistrados de la Corte Suprema de Justicia que lo ternaron. Además, su nombramiento enfrenta al menos ocho demandas, una de las cuales argumenta la violación de la ley de cuotas de género en la conformación de la Sala Plena.
En resumenLa llegada de Carlos Camargo a la Corte Constitucional consolida un nuevo equilibrio de poder en el alto tribunal, marcando una victoria para los sectores que se opusieron a la candidata del Gobierno. Su posesión, rodeada de polémicas y con un discurso enfocado en la independencia judicial, anticipa un periodo de posibles tensiones entre la Corte y el Ejecutivo, especialmente en la revisión de las reformas gubernamentales.