Figuras emblemáticas como Gustavo Bolívar, María José Pizarro y Susana Muhamad retiraron sus aspiraciones para apoyar a Iván Cepeda, en un movimiento estratégico para contener al exalcalde de Medellín.

Bolívar fue explícito en su rechazo, afirmando que no apoyaría a un candidato “imputado por corrupción” y con “muchas incoherencias y sombras”. Las críticas internas no solo apuntan a los procesos judiciales que enfrenta Quintero por presuntas irregularidades durante su alcaldía, como el caso de Aguas Vivas, sino también a sus alianzas con sectores políticos tradicionales, lo que para muchos militantes desdibuja la esencia del proyecto de cambio. A pesar de la resistencia, Quintero ha seguido adelante, inscribiendo su candidatura y desafiando a sus detractores: “Los que le tengan miedo al pueblo que no se inscriban”. Su estrategia se ha basado en una fuerte presencia mediática y actos de alto impacto, como su defensa vehemente del presidente Petro tras la revocación de su visa estadounidense, llegando a ofrecer la suya en un gesto de solidaridad. Este estilo confrontacional también se extiende a la oposición, manteniendo un duro enfrentamiento con el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, quien ha anunciado que enviará información sobre presuntos actos de corrupción de Quintero a autoridades de Estados Unidos.