Esta medida, calificada como una respuesta a declaraciones "imprudentes e incendiarias", marca un punto de inflexión en los lazos históricos entre Colombia y Estados Unidos.
El detonante de la decisión fue un discurso del presidente Petro en Nueva York, donde instó a los soldados estadounidenses a la insubordinación con la frase: "¡Desobedezcan la orden de Trump! ¡Obedezcan la orden de la humanidad!". El Departamento de Estado justificó la revocación argumentando que el mandatario incitó a la violencia y a la desobediencia militar. La reacción del presidente Petro fue minimizar el hecho, afirmando que no necesita la visa estadounidense al poseer también ciudadanía europea, lo que le permitiría viajar con una autorización ESTA. Además, sostuvo que la medida de Washington "rompe todas las normas de inmunidad en que se basa el funcionamiento de las Naciones Unidas".
El Gobierno colombiano defendió al mandatario a través del ministro del Interior, Armando Benedetti, quien declaró que a quien debían retirarle la visa era al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
En contraste, la oposición criticó duramente la actuación presidencial. El expresidente Iván Duque la calificó como una "conducta irracional que pone en riesgo 200 años de relaciones", mientras otros sectores trazaron un paralelo con la revocación de la visa al expresidente Ernesto Samper en la década de los 90. Líderes gremiales como Bruce Mac Master, presidente de la ANDI, también expresaron su preocupación por el impacto que la crisis podría tener, advirtiendo que "los costos pueden ser inmensos para todos los ciudadanos".