En su última intervención ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente Gustavo Petro pronunció un discurso de tono confrontacional que agudizó las tensiones diplomáticas con Estados Unidos. El mandatario centró sus críticas en la administración de Donald Trump, a quien acusó de ser “cómplice del genocidio” en Gaza y de ordenar ataques con misiles en el Caribe que, según él, asesinaron a “jóvenes pobres” y no a narcotraficantes. Durante su alocución de más de 40 minutos, Petro cuestionó duramente la reciente descertificación de Colombia en la lucha antidrogas, calificándola como un acto sin “ningún derecho humano ni divino” y motivado por intereses de dominación. “La política antidrogas no es para detener la cocaína que llega a los Estados Unidos. La política antidrogas es para dominar los pueblos del sur”, afirmó.
El momento más tenso ocurrió cuando la delegación estadounidense, liderada por el representante Mike Waltz, abandonó el recinto en señal de protesta. Posteriormente, el Departamento de Estado respondió de forma escueta: “las acciones de nuestra delegación hablan por sí mismas”. Petro calificó este gesto como una muestra de “debilidad intelectual”.
El discurso también incluyó una propuesta para crear un “ejército de la salvación del mundo” para “liberar a Palestina”, iniciativa que, según el mandatario, ya cuenta con el respaldo de Indonesia. La intervención fue defendida por su canciller, Rosa Villavicencio, como “disruptiva”, mientras que opositores como el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, la calificaron como una “vergüenza” que destruye la relación con un socio fundamental.
En resumenEl discurso del presidente Petro en la ONU, con duras acusaciones contra Donald Trump y la política exterior de EE.UU., provocó un notorio incidente diplomático con el retiro de la delegación estadounidense. Esta confrontación directa marca un punto de alta tensión en las relaciones bilaterales y refleja la postura crítica del mandatario colombiano en el escenario internacional.