La estrategia del Gobierno para subsanar la falta de paridad consistió en nombrar a una mujer, Yeimi Carina Murcia, como nueva ministra de las TIC, en reemplazo del saliente Julián Molina. Esta jugada, calificada por la oposición como una maniobra para eludir la decisión judicial, permitió al Gobierno cumplir formalmente con la cuota de género y reintegrar a Florián. La defensa del Ejecutivo argumentó que contar a Florián, quien se identifica como de género fluido, como hombre en el gabinete era discriminatorio. Sin embargo, la representante Catherine Juvinao ha interpuesto otra demanda para tumbar el nombramiento, argumentando que Florián se autorreconoció como masculino en su hoja de vida. La situación refleja una crisis de gobernabilidad y un pulso legal que evidencia la fragilidad de algunos nombramientos clave en la administración Petro.