En una controvertida decisión enmarcada en su política de “Paz Total”, el presidente Gustavo Petro designó a 16 exintegrantes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) como gestores de paz. La medida, oficializada mediante la Resolución 327 de 2025, incluye a figuras de alto perfil como Salvatore Mancuso, Rodrigo Tovar Pupo (alias ‘Jorge 40’), Fredy Rendón Herrera (‘El Alemán’) y Diego Fernando Murillo (‘Don Berna’). Según el Gobierno, el objetivo es que estos excomandantes contribuyan con su experiencia a la construcción de paz, la no repetición y el cierre definitivo del proceso de desmovilización iniciado en 2003. La designación, que estará vigente hasta el 6 de agosto de 2026, no modifica la situación jurídica de los exparamilitares ni les concede beneficios judiciales.
Sin embargo, ha generado un profundo malestar entre las víctimas del conflicto. Olguín Mayorga, presidente de la Asociación Nacional de Víctimas, calificó la decisión como un “sinsabor”, argumentando que se trata de “los 16 peores criminales de nuestro país” y que el nombramiento parece un “premio” para los victimarios mientras las víctimas siguen sin reparación. Por su parte, el ministro del Interior, Armando Benedetti, defendió la medida, asegurando que busca que los excombatientes ayuden a “reconstruir el tejido social, reparen a las víctimas y contribuyan a la verdad judicial”. Benedetti acusó a quienes critican la resolución de tener “temor a la verdad”. La exministra Ángela María Buitrago también cuestionó la legalidad de la medida, señalando que está “por fuera del rango de la ley 2272” (ley de paz total).
En resumenLa designación de exjefes de las AUC como gestores de paz representa un punto de inflexión en la política de Paz Total del gobierno Petro, generando una fuerte colisión entre la búsqueda de la verdad y la reconciliación, y las demandas de justicia y reparación de las víctimas. La medida pone a prueba la legitimidad de la estrategia gubernamental y su capacidad para equilibrar los distintos componentes de la paz.