A medida que se acercan las elecciones de 2026, el panorama político colombiano comienza a definirse con la conformación de dos importantes bloques de coalición que buscan disputarle el poder al Pacto Histórico. Por un lado, la oposición de derecha avanza en la consolidación de un frente único, mientras que los partidos de centro han oficializado una alianza para competir con listas conjuntas al Congreso. Los partidos de oposición, Centro Democrático y Cambio Radical, están ultimando los detalles para una “cumbre de la oposición” que se realizaría a mediados de octubre. El objetivo de este encuentro es unificar posturas en la agenda legislativa y, fundamentalmente, consolidar una alianza política para las elecciones presidenciales.
Fuentes políticas indican que se busca que los líderes naturales de ambos partidos, el expresidente Álvaro Uribe y el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, salgan “más unidos que nunca” de esta cumbre. Se contempla la posibilidad de una consulta interpartidista en marzo de 2026 que incluya a los candidatos únicos de ambas colectividades y a otras figuras de la oposición, excluyendo a partidos como el Liberal y La U por su apoyo previo al gobierno Petro. Por otro lado, el partido Alianza Verde y el movimiento En Marcha, liderado por el exministro Juan Fernando Cristo, anunciaron formalmente un acuerdo para presentar una lista de coalición al Senado de la República. La alianza busca incorporar liderazgos de organizaciones indígenas, sociales y estudiantiles para constituirse en “la primera fuerza política del Congreso”. Para la Cámara de Representantes, se explorarán coaliciones regionales. Este movimiento reconfigura las fuerzas de centro, que en 2022 compitieron bajo la Coalición Centro Esperanza, y ahora apuestan por una estrategia más pragmática para asegurar curules y superar el umbral electoral.
En resumenLa conformación de una posible gran alianza de derecha entre el uribismo y el vargasllerismo, junto con la coalición oficializada entre Alianza Verde y En Marcha, marca el inicio de la reconfiguración de fuerzas para las elecciones de 2026. Estos movimientos estratégicos definen los bloques que se enfrentarán al oficialismo, anticipando una contienda electoral altamente polarizada.