Las disputas giran en torno a la gestión de la seguridad, la autonomía en las relaciones internacionales y el reconocimiento de la autoridad presidencial. La controversia más reciente surgió después de que el alcalde Eder agradeciera al ministro de Defensa por el envío de vehículos blindados a Cali, omitiendo al presidente. Petro respondió públicamente: “Mi querido alcalde, recibido su agradecimiento al ministro de Defensa y al Gobierno.

Gobierno constitucionalmente es el presidente y el ministro del sector, no lo olvide.

No le de pena”.

Más tarde, durante un evento en el Cauca, el mandatario fue más directo al afirmar: “Yo soy el jefe del alcalde, ¿no? Y el jefe del Ejército”.

Eder replicó pidiendo al presidente que asigne los recursos de inteligencia que su gobierno recortó y lo invitó a “no fomentar más el odio y la lucha de clases”. Esta disputa se suma a la polémica por el viaje de Eder y Gutiérrez a Washington, que el Gobierno desautorizó por considerar que usurpaban funciones de política exterior.

El ministro del Interior, Armando Benedetti, anunció que los denunciará, mientras los alcaldes defienden su derecho a gestionar alianzas para sus ciudades.

Congresistas republicanos en Estados Unidos respaldaron a los alcaldes, con María Elvira Salazar afirmando: “Colombia no es Petro”.

Este escenario refleja una fractura en la coordinación institucional y una lucha de poder que podría intensificarse de cara a las elecciones de 2026.