El presidente Gustavo Petro aceptó la renuncia del ministro de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), Julián Molina, en lo que se considera la primera consecuencia de la derrota política del Gobierno en la elección del nuevo magistrado de la Corte Constitucional. La salida de Molina, cuota del Partido de la U, confirma la ruptura de la coalición oficialista en el Congreso y anticipa más cambios en el gabinete. La crisis se desató después de que el Senado eligiera a Carlos Camargo, exdefensor del Pueblo, como magistrado, imponiéndose sobre la candidata del Gobierno, María Patricia Balanta. Petro calificó el resultado como una traición de sus aliados y solicitó la renuncia protocolaria a los ministros que representan a los partidos que no apoyaron a Balanta: Julián Molina (La U), Antonio Sanguino (Trabajo, Alianza Verde) y Diana Morales (Comercio, Partido Liberal). Aunque Sanguino y Morales también presentaron sus cartas, Petro aún no ha aceptado sus dimisiones.
El presidente declaró que “la coalición de gobierno en el Senado se rehace por completo.
Su objetivo cambia”, evidenciando su intención de reconfigurar sus alianzas.
La gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, líder de La U, señaló que “las relaciones entre el Gobierno y el Congreso deben estar bien para tener una buena discusión”, especialmente con la reforma a la salud en el horizonte. Mientras tanto, Yeimi Carina Murcia, viceministra de Transformación Digital, fue designada como ministra TIC encargada, en una cartera que ya ha tenido cuatro ministros en menos de tres años de gobierno.
En resumenLa salida del ministro de las TIC, Julián Molina, marca el inicio de un reajuste en el gabinete del presidente Petro y la desintegración de su coalición en el Congreso. La medida es una respuesta directa a la derrota en la elección de magistrado de la Corte Constitucional, evidenciando una estrategia de depuración política que podría afectar la gobernabilidad y el trámite de las reformas pendientes en el último tramo del mandato.