La situación judicial de Nicolás Petro Burgos, hijo del presidente Gustavo Petro, se complica tras el anuncio de la Fiscalía General de la Nación de que le imputará dos nuevos delitos: interés indebido en la celebración de contratos y falsedad en documento público. Además, el ente acusador solicitará medida de aseguramiento en centro carcelario, lo que agrava el proceso que ya enfrenta por enriquecimiento ilícito y lavado de activos. Las nuevas acusaciones se derivan de su presunta intervención irregular en al menos cinco contratos en Barranquilla, por un valor superior a los 3.000 millones de pesos, a través de la Fundación Conciencia Social.
Según la investigación, estos convenios, destinados a beneficiar a poblaciones vulnerables, nunca se ejecutaron.
Nicolás Petro ha calificado el nuevo proceso como un “montaje judicial” y una persecución con fines electorales, denunciando que se enteró de la imputación a través de la prensa antes que por una notificación oficial. Su abogado, David Carranza, cuestionó la legalidad del proceso y señaló que la fiscal del caso, Lucy Laborde, estaría actuando bajo presión. Petro Burgos, por su parte, aseguró que seguirá compareciendo ante la justicia y que no tiene intenciones de fugarse, afirmando que su padre fue uno de los primeros en enterarse de la nueva imputación. Este nuevo capítulo se suma al juicio en curso por presuntamente recibir más de 1.000 millones de pesos de origen ilícito durante la campaña presidencial de 2022, dineros que, según admitió, utilizó para fines personales.
En resumenLa nueva imputación de la Fiscalía contra Nicolás Petro por delitos de corrupción contractual y la solicitud de medida de aseguramiento intensifican la presión judicial sobre el hijo del presidente. Mientras la defensa alega una persecución política y vicios procesales, el ente acusador avanza con un caso que no solo define el futuro legal de Petro Burgos, sino que también mantiene un alto impacto en el escenario político nacional.