Esta drástica decisión, anunciada por el mandatario a través de sus redes sociales, sacude la cúpula militar y abre un debate sobre la transparencia en la institución. La salida del general Garzón, un oficial con más de tres décadas de carrera, se fundamenta en información que lo vincularía con actividades ilícitas, la cual ya fue entregada a la Fiscalía General de la Nación para su investigación. El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, confirmó que el retiro se dio bajo la figura de “llamamiento a calificar servicios” y que, adicionalmente, se recibió información sobre su presunta participación en actividades ilegales. En su defensa, el general Garzón ha declarado que tanto el presidente como el ministro fueron “mal informados” y que la acusación se basa en una fotografía sacada de contexto. Según su versión, la imagen fue tomada en 2023 durante un intento de extorsión en su finca en Guaviare, situación que reportó oportunamente a sus superiores, incluido el excomisionado de Paz, Danilo Rueda. “Manipularon la información para hacer pasar una situación en la cual soy víctima, a pasar a ser criminal”, afirmó Garzón en declaraciones radiales.

El general sostiene que la fotografía lo muestra de espaldas a los delincuentes y que la escena fue documentada por su propio equipo de seguridad. Antes de su retiro, Garzón adelantaba investigaciones sobre contrataciones y pérdida de municiones dentro de las Fuerzas Militares, lo que, según él, pudo haber “tocado callos muy sensibles”.