Su candidatura, condicionada por su situación judicial, busca fortalecer la lista cerrada del Centro Democrático y consolidar un contrapeso al gobierno actual. El director del Centro Democrático, Gabriel Vallejo, confirmó que Uribe ocupará el puesto número 25 en la lista cerrada del partido, una medida estratégica que busca “arrastrar” votos y asegurar un número significativo de curules. Vallejo señaló que la propuesta provino del propio expresidente, y que “para el partido es un honor” contar con su liderazgo en un “momento tan difícil para Colombia”.

La decisión de optar por una lista cerrada, con Uribe en una posición simbólica pero de alto riesgo, tiene como objetivo movilizar al electorado y alcanzar la meta de al menos 25 senadores. La candidatura de Uribe es vista como una respuesta a la organización que ha mostrado el Pacto Histórico para las legislativas y busca llenar un vacío de liderazgo en la lista uribista, donde varias de sus figuras más votadas son ahora precandidatas presidenciales. Sin embargo, la viabilidad de su aspiración depende completamente de su situación judicial. Uribe fue condenado en primera instancia a 12 años de prisión domiciliaria por soborno y fraude procesal, y aunque un tribunal revocó la medida de arresto, la condena está en proceso de apelación. Si el Tribunal Superior de Bogotá confirma la condena, podría quedar inhabilitado. Este escenario añade una capa de incertidumbre y politiza aún más su caso penal, convirtiendo la decisión judicial en un factor determinante no solo para el futuro del expresidente, sino para la estrategia electoral del principal partido de oposición en el país.