La elección de Carlos Camargo como magistrado de la Corte Constitucional provocó un remezón inmediato en el gabinete del presidente Gustavo Petro, quien ordenó la salida de tres ministros como represalia política a los partidos de la coalición que no respaldaron a su candidata. Tras la contundente derrota en el Senado, la directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (DAPRE), Angie Rodríguez, solicitó la renuncia de los ministros de Trabajo, Antonio Sanguino (Alianza Verde); de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, Julián Molina (Partido de la U); y de Comercio, Diana Morales (Partido Liberal). Esta decisión fue interpretada como una “cuenta de cobro” a las colectividades que no aseguraron los votos para María Patricia Balanta, la candidata apoyada por el Ejecutivo. El propio presidente Petro confirmó la ruptura de la coalición a través de sus redes sociales, afirmando: “La coalición de gobierno en el Senado se rehace por completo.
Su objetivo cambia”.
La medida fue ejecutada por el ministro del Interior, Armando Benedetti, quien asumió funciones presidenciales delegatarias mientras Petro se encontraba en una visita oficial en Japón. Este es el sexto remezón ministerial en menos de tres años de gobierno, lo que evidencia una notable inestabilidad en el equipo del presidente. La salida de los ministros profundiza la fractura entre el Ejecutivo y el Congreso, dejando al gobierno con una bancada reducida a aproximadamente 25 senadores y comprometiendo la viabilidad de su agenda legislativa, incluyendo la nueva reforma tributaria y la reforma a la salud.
En resumenComo consecuencia directa de su derrota en la elección de magistrado, el presidente Petro fracturó su coalición de gobierno al solicitar la renuncia de tres ministros, sumiendo al gabinete en una nueva crisis y debilitando su gobernabilidad en el Congreso.