Sostuvo que, con una buena administración estatal, sería posible "disminuir los costos de peaje ya sin beneficio particular". El presidente expresó su deseo de que, como en algunos países de Europa, se puedan levantar los peajes para que las carreteras sean "verdaderamente públicas". Sin embargo, reconoció una debilidad en el plan: la necesidad de un "departamento de mantenimiento eficaz" para evitar el deterioro de las vías. Hizo un llamado a los transportadores y a la ciudadanía para formar comités de veeduría que acompañen los estudios y la toma de decisiones, con el fin de dar un "salto y cambiar el modelo neoliberal de privatización de carreteras".