El presidente Gustavo Petro ha hecho un llamado contundente para frenar el reclutamiento de mercenarios colombianos, en respuesta a una solicitud directa del primer ministro de Sudán, Kamel Idris. Esta situación pone de relieve un problema de seguridad nacional y relaciones exteriores, evidenciando la participación de exmilitares colombianos en conflictos internacionales. El primer ministro sudanés, en un mensaje en español, instó a Colombia a detener el envío de exmilitares que combaten para las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) en la guerra civil de su país, advirtiendo que su presencia agrava la crisis humanitaria. “Detener el reclutamiento de mercenarios colombianos es vital para lograr el fin del asedio en Al Fasher”, expresó Idris. En respuesta, el presidente Petro publicó en su cuenta de X: “Detener el mercenarismo en Colombia.
Jóvenes exsoldados y exoficiales, no se vendan.
Luchar por la patria, no morir en guerras ajenas”.
El mandatario recordó que su gobierno ya radicó un proyecto de ley para prohibir esta práctica y adherirse a la Convención Internacional contra el Reclutamiento de Mercenarios de la ONU. Investigaciones periodísticas señalan que más de 300 exmilitares colombianos, reclutados por empresas de seguridad en Emiratos Árabes Unidos bajo la operación “Lobos del Desierto”, han sido enviados a zonas de conflicto en Sudán, a menudo con promesas salariales que no se cumplen. La situación ha cobrado vidas, como lo confirmó la muerte de decenas de colombianos en el derribo de un avión emiratí en Sudán, lo que ha elevado la alerta internacional sobre este fenómeno.
En resumenLa solicitud de Sudán y la respuesta del presidente Petro evidencian la creciente problemática del mercenarismo de exmilitares colombianos en conflictos extranjeros. El Gobierno busca frenar esta práctica mediante un proyecto de ley, mientras la situación pone a prueba la política exterior y de seguridad de Colombia, que ahora debe responder por las acciones de sus ciudadanos en guerras ajenas.