El padre del senador, Miguel Uribe Londoño, también pronunció un discurso con un fuerte componente político, instando a "frenar esta locura en 2026".
Magnicidio de Miguel Uribe Turbay agudiza la polarización política
El asesinato del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay ha exacerbado las profundas divisiones políticas en Colombia. Las exequias del líder del Centro Democrático se convirtieron en un escenario de confrontación, marcado por la solicitud de su familia de que el presidente Gustavo Petro y su gabinete no asistieran, y un duro cruce de acusaciones entre el gobierno y la oposición. La decisión de la familia Uribe Turbay de vetar la presencia del Ejecutivo fue comunicada por el ministro del Interior, Armando Benedetti, quien afirmó que, tras transmitir el interés del mandatario de asistir, "la familia decidió que era mejor que ni el presidente y ni el Gobierno estuvieran presentes en las exequias". El presidente Petro justificó su ausencia argumentando que respetaba la decisión familiar para evitar que el sepelio "sea tomado por los partidarios del odio". Esta ausencia remarcó la fractura entre el Gobierno y la oposición, convirtiendo un acto de duelo nacional en un símbolo de la irreconciliable distancia política. La tensión escaló con la lectura de una carta del expresidente Álvaro Uribe Vélez durante el homenaje en el Capitolio, en la que acusó directamente al presidente Petro de incitar a la violencia. "Asesinaron a Miguel, que ejercía la oposición crítica y razonada, con la instigación de la venganza inducida por el presidente de la República", sentenció Uribe en el texto leído por el director del Centro Democrático, Gabriel Vallejo. La respuesta del presidente Petro no se hizo esperar, calificando al exmandatario de estar "lleno de veneno" y de desconocer el genocidio de la Unión Patriótica. Este intercambio de señalamientos, en medio del luto, evidencia cómo la tragedia fue instrumentalizada para profundizar la polarización, en lugar de generar un llamado a la unidad.



Artículos
5Política
Ver más
Su hoja de ruta incluye plataformas anticorrupción, talleres ciudadanos y ampliación de servicios esenciales en zonas con rezagos históricos. Plantea energías renovables, impulso a emprendimientos rurales, proyectos turísticos de gran escala y recuperación de la Ciénaga Grande. La propuesta busca consolidar alianzas para modernizar el aparato institucional y fortalecer la competitividad departamental. Luis Augusto Santana […] La entrada Luis Santana, el gerente que compite por la Gobernación del Magdalena se publicó primero en Opinion Caribe.

Tras años de presencia en debates jurídicos y en procesos de participación ciudadana, presenta un programa centrado en sostenibilidad, conectividad, economía y desarrollo social. Su propuesta para la Gobernación del Magdalena incluye metas ambientales, mejoramiento de vías terciarias, impulso al turismo y espacios para educación y juventud. Miguel Ignacio Martínez Olano, conocido como el ‘Mono’ […] La entrada Miguel Martínez Olano: del activismo a la contienda por la Gobernación del Magdalena se publicó primero en Opinion Caribe.

La entrada Así trabajan Murillo, Sondra y Claudia para conseguir las firmas necesarias de sus inscripciones se publicó primero en Noticias Uno.

Hasta ahora, 16 niños muertos, ¿vendrán más? egutierrez Dom, 23/11/2025 - 08:43 Rodrigo López Oviedo Dom, 23/11/2025 - 08:43 Estos hechos son aún más deplorables por haber sido ordenados por el presidente Petro, a quien vimos censurar hechos similares cuando fungía como congresista. PUBLICIDAD Como si hubiera sido poca la preocupación que nos produjo el bombardeo ocurrido en el Guaviare, que dejó a 7 madres llorando la muerte de sus adolescentes hijos, hemos sabido después, por boca de la subdirectora de la fundación Pares, que ya antes, entre agosto y este luctuoso día, se habían producido tres bombardeos más con otros seis menores muertos, a los cuales habría que agregar los que pudieron caer en otras doce operaciones similares realizadas en este 2025.Estos hechos son aún más deplorables por haber sido ordenados por el presidente Petro, a quien vimos censurar hechos similares cuando fungía como congresista. No puede ser que ahora, gracias a un enroque presidencial, este tipo de hechos se hayan vuelto aceptables y que Petro los justifique con argumentos traídos de los cabellos, como el de que las víctimas de reclutamiento forzado son también “objetivos militares legítimos” y que como tal hay que tratarlos.Refiriéndose a este último bombardeo, dice el señor presidente que fue la respuesta a una emboscada en la que estaban en riesgo inminente de caer 20 soldados. Esta es una justificación difícil de creer, ya que por informaciones anteriores sabíamos que lo bombardeado había sido un campamento, y desde un campamento es muy difícil emboscar a nadie. Adicionalmente, tampoco es creíble que la emboscada fuera inminente, ya que entre la orden de bombardear y el bombardeo mismo transcurrieron tres días.Pues no, señor presidente, antes que bombas lo que requieren estos menores es que, a cambio de revictimizarlos a costa de su propia vida, se les reconozca como titulares del derecho a protección especial, lo cual obliga a que cualquier operativo militar que pueda afectarlos se preceda de un caudal suficiente de precauciones que eviten desenlaces como los que hoy lamentamos. La única razón que podría explicar su cambio de actitud, de supeditar la condición de víctimas del conflicto de estos menores a la de “objetivos militares legítimos”, es que esté cediendo a la exigencia de resultados militares que demanda la derecha.Señalemos finalmente una nueva preocupación, y es la de que, también por orden presidencial, los bombardeos continuarán, y esto nos coloca ante una disyuntiva: irnos acostumbrando pasivamente a ser testigos de que se sigan ejecutando, o rechazarlos desde las calles, ahora sin la venia presidencial e, incluso, contra su voluntad. La respuesta no puede ser otra que la de evitar convertimos en cómplices, como lo fuimos al permitir que 16 billones de pesos, que podrían servir para atender necesidades apremiantes, se hubieran destinado a la compra de aviones de guerra. Y guerra no es lo que necesitamos. Necesitamos paz.






