La posesión de Juan Carlos Florián como nuevo ministro de Igualdad consolida una fractura política entre el presidente Gustavo Petro y la vicepresidenta Francia Márquez. La transición en la cartera, la tercera en menos de ocho meses, evidencia profundas diferencias dentro del Gobierno y cuestionamientos sobre la ejecución presupuestal del ministerio. El nombramiento de Florián, quien previamente fue viceministro de Diversidades, se produjo tras la salida de Carlos Rosero, quien a su vez había reemplazado a la propia vicepresidenta.
El núcleo del conflicto, según reveló Márquez en una entrevista con RCN, fue su negativa a nombrar a Florián como viceministro, una petición directa del presidente Petro.
La vicepresidenta afirmó que presentó su renuncia al ministerio tras decirle al presidente que no quería exponerse “a un nivel mayor de violencia” con ese nombramiento. La tensión escaló cuando Márquez denunció la existencia de “acciones racistas” dentro del gobierno, refiriéndose a un comentario del presidente en un consejo de ministros: “A mí nadie que sea negro me va a decir que hay que excluir”. Este cambio ministerial se da en un contexto de debilidad para la cartera de Igualdad, que ha sido una de las de menor ejecución presupuestal y enfrentará un recorte del 17% para 2026.
En resumenLa designación de un nuevo ministro de Igualdad, en contra de la voluntad de la vicepresidenta Francia Márquez, marca un punto de quiebre en la relación entre los dos máximos líderes del Ejecutivo. Este cambio de poder evidencia una profunda ruptura política y personal, y pone en duda el futuro y la efectividad de una de las carteras bandera del Gobierno.