En los últimos días, el ELN ha perpetrado ataques que han dejado un saldo trágico.
En Chita, Boyacá, una emboscada con explosivos y ráfagas de fusil resultó en el asesinato de tres soldados profesionales e hirió a otros tres.
La autoría fue atribuida al Frente Adonay Ardila Pinilla del ELN.
Casi simultáneamente, el grupo declaró "objetivo militar" a los transportadores de Tiendas D1 en Chocó y Risaralda por negarse a pagar extorsiones. Además, el Frente de Guerra Occidental es señalado como responsable de un ataque a la estación de policía de Sipí, Chocó. Otty Patiño, alto comisionado de paz, ha condicionado la reapertura del diálogo a "cambios sustanciales en la dirigencia y estrategia" del ELN.
Por su parte, el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, ha confirmado que el ELN trasladó a Venezuela a cinco uniformados secuestrados en Arauca y Catatumbo, lo que añade una capa de complejidad diplomática al conflicto. La sociedad civil y analistas políticos cuestionan la viabilidad de la política de "Paz Total" del gobierno Petro, que busca negociar con múltiples actores armados simultáneamente, mientras estos continúan sus acciones bélicas, demostrando un fortalecimiento territorial y una falta de compromiso real con el cese de hostilidades.