Sin embargo, la iniciativa ha generado una fuerte controversia. La Asociación Diplomática y Consular de Colombia (Asodiplo) la ha calificado como un “retroceso institucional” que afecta la meritocracia y la calidad del servicio exterior. Julián Silva, presidente de Asodiplo, advirtió que “le hace un daño estratégico a Colombia para hacer su ejercicio de política exterior, porque perdemos espacios” y no descartó emprender acciones legales. Este cambio de política representa una alteración significativa en la estructura de poder de la diplomacia colombiana, priorizando la discrecionalidad del presidente en los nombramientos por encima de los requisitos técnicos, lo que podría redefinir el perfil de la representación internacional del país.