El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, ha negado categóricamente las acusaciones de traición y conspiración contra el gobierno de Gustavo Petro, calificándolas de "montaje" y un "grave intento de desestabilizar a las Fuerzas Armadas". Las denuncias, basadas en supuestos chats con el general (r) Enrique Zapateiro, sugieren que el ministro estaría actuando a espaldas de la Presidencia en asuntos de contratación. La controversia fue iniciada por el sargento retirado Alexander Chala, quien publicó en redes sociales capturas de pantalla de una presunta conversación en la aplicación Signal. En los mensajes, se lee una supuesta coordinación entre Sánchez y Zapateiro para manejar un contrato con Indumil de forma directa, evitando el control de la Presidencia. "Presidencia no tiene por qué enterarse ni intervenir en el proceso", se lee en uno de los supuestos mensajes del ministro.
En respuesta, el ministro Sánchez afirmó que las acusaciones son "infundadas y calumniosas" y que las conversaciones son "ficticias" y "creadas con dolo". Anunció que presentará acciones legales por la difusión de las imágenes.
"Mi honor y lealtad son los únicos activos que poseo, y no permitiré que sean mancillados sin consecuencias.
Defenderé mi buen nombre por todas las vías legales disponibles", declaró el ministro en su cuenta de X.
En resumenLas graves acusaciones de conspiración contra el Ministro de Defensa, aunque negadas por él, revelan una profunda desconfianza y potenciales fisuras en el aparato de seguridad del Gobierno. Este episodio añade otra capa de crisis a la administración, poniendo en duda la lealtad dentro del propio gabinete.