El borrador del proyecto normativo establece que los establecimientos farmacéuticos podrán vender productos a base de cannabis que cuenten con registro sanitario del Invima y se presenten en formas farmacéuticas dosificadas, como cápsulas, tabletas, cremas o soluciones orales. El decreto también contempla la venta bajo control especial de productos fitoterapéuticos, homeopáticos y preparaciones magistrales diseñadas para pacientes específicos. El cultivo de cannabis seguirá bajo estricta vigilancia de entidades como el ICA, el Invima y la Policía Antinarcóticos, que otorgarán las licencias para siembras psicoactivas y no psicoactivas. Uno de los puntos más novedosos del proyecto es la futura reglamentación que habilitaría la flor de cannabis como producto terapéutico, cuya venta podría autorizarse nueve meses después de la entrada en vigor del decreto. Este marco normativo se alinea con la radicación de un proyecto de ley del congresista Alejandro Ocampo, que busca regular el uso adulto del cannabis para reducir el impacto de las economías ilegales, argumentando que “la guerra contra las drogas fracasó”.
