Petro argumentó que Colombia paga el precio más alto en vidas humanas en una guerra que beneficia a las sociedades desarrolladas. “No nos están ayudando, somos los que ayudamos. Punto. Porque allá no mueren, aquí sí”, subrayó el presidente. Según sus cifras, el conflicto asociado al narcotráfico ha costado la vida a un millón de latinoamericanos, en su mayoría colombianos. En contraste, mencionó las 100,000 muertes en Estados Unidos por fentanilo, un problema que atribuyó a “la falta de afecto que generan este tipo de sociedades”. Para respaldar su postura, el mandatario presentó datos de su gestión, informando la captura de 2.148 narcotraficantes, muchos de ellos extranjeros, y la incautación de 362 toneladas de cocaína por parte de la Armada Nacional. “Lo que yo más hago en mi oficina es firmar extradiciones. Aburridamente no me causa placer”, confesó Petro. Esta reconfiguración del discurso se produce mientras el Comité de Asignaciones de la Cámara de Representantes de EE. UU. aprobó un presupuesto que reduce la ayuda a Colombia en casi un 50%, argumentando que el país “ya no está alineado con los intereses estratégicos de Estados Unidos”.
