Más allá de la presión militar visible, informes de prensa señalan que la administración Trump ha explorado vías encubiertas para desestabilizar al gobierno venezolano, incluyendo la autorización de planes de la CIA para operaciones secretas. Al mismo tiempo, han surgido reportes sobre una supuesta oferta de Nicolás Maduro para dejar el poder en un plazo de dos años, la cual habría sido rechazada por la Casa Blanca. Según un artículo de 'The New York Times', el chavismo habría explorado una salida negociada para Maduro en medio de la creciente tensión militar.
Sin embargo, esta versión fue rotundamente desmentida por el número dos del oficialismo, Diosdado Cabello, quien calificó la información como “mentira” y aseguró que “nada puede poner en riesgo” la continuidad del gobierno.
La Casa Blanca también descartó públicamente dicho plan.
Paralelamente, se ha reportado que el presidente Trump autorizó a la CIA a desarrollar planes para una operación encubierta en Venezuela, que podría incluir sabotaje, acciones cibernéticas o campañas de desinformación. Estos movimientos sugieren una estrategia de doble vía por parte de Washington: por un lado, explorar opciones clandestinas para forzar un cambio de régimen y, por otro, mantener una postura pública inflexible que rechaza cualquier transición gradual. La combinación de estas tácticas alimenta un ambiente de conspiración y desconfianza, haciendo que una solución negociada a la crisis parezca cada vez más lejana.
En resumenLos informes sobre planes encubiertos de la CIA y supuestas ofertas de transición rechazadas revelan una compleja estrategia estadounidense que va más allá de la presión diplomática y militar. Mientras Washington explora opciones secretas para un cambio de régimen, su rechazo público a una salida negociada y las negativas de Caracas indican que las vías para una solución pacífica están, por ahora, bloqueadas.