Maduro advirtió sobre el riesgo de que se cree una “nueva Gaza” en Suramérica, mientras que Diosdado Cabello, figura clave del chavismo, acusó a EE. UU. de querer convertir a Venezuela en “su estado 51” y aseguró que el país “jamás obedecerá órdenes de un puñado de bandidos”.

Además, el gobierno venezolano ha llevado sus quejas a la arena internacional, enviando una carta a la ONU para exigir una condena al despliegue estadounidense y acusando al organismo de “equiparar al agresor con la víctima”. Esta estrategia busca consolidar el apoyo interno frente a una amenaza externa y proyectar una imagen de resistencia y soberanía en el escenario global.