La demostración de fuerza estadounidense no tiene precedentes recientes en la región. La 'Operación Lanza del Sur', anunciada oficialmente por el secretario de Defensa, Pete Hegseth, tiene como objetivo declarado 'expulsar a narcoterroristas del hemisferio'. En el marco de esta campaña, que se mantiene desde septiembre, unidades del Comando Sur han ejecutado ataques contra más de veinte embarcaciones calificadas como 'narcolanchas', dejando un saldo de más de 70 fallecidos en diversas acciones, calificadas por algunos medios como ejecuciones extrajudiciales. El despliegue se ha visto reforzado con la llegada del USS Gerald R. Ford, el portaaviones más grande y avanzado de la flota estadounidense, junto a otros buques estratégicos, aviones de combate y miles de soldados. Para Washington, se trata de una ofensiva necesaria para desmantelar redes de narcotráfico y terrorismo.
Sin embargo, desde Caracas, la interpretación es radicalmente distinta.
El Gobierno de Nicolás Maduro considera este despliegue una 'amenaza grave' y un preludio a una invasión militar, denunciando un plan para derrocarlo.
La tensión ha escalado a nivel diplomático, con Colombia confrontando a Estados Unidos en la OEA por los bombardeos y Rusia pidiendo a Washington no tomar medidas que desestabilicen la región.













