Esta doctrina se manifiesta en dos frentes principales.
El primero es el militar, con el anuncio de la operación 'Lanza del Sur' por parte del secretario de Defensa, Pete Hegseth, y un despliegue naval sin precedentes en lo que Estados Unidos considera su 'vecindario'. El segundo frente es el comercial, con la celebración de acuerdos que buscan apuntalar a gobiernos aliados en la región.
Según Gabriel Merino, investigador del CONICET-Argentina, estos movimientos consolidan un 'repliegue relativo' de EE.
UU. en la región, buscando reafirmar su presencia en un momento en que la multipolaridad ha fortalecido bloques regionales y ha permitido la entrada de actores como China. La 'Doctrina Donroe' promete grandes beneficios para Estados Unidos, pero se basa en un mayor control sobre América Latina.
La ofensiva en el Caribe, justificada bajo la lucha contra el narcotráfico, es vista como una manifestación de este intervencionismo reciclado. La Casa Blanca ha defendido su derecho a operar militarmente en 'su hemisferio', lo que evidencia una visión de la región como un área de dominio estratégico, donde la soberanía de otras naciones queda supeditada a los intereses de seguridad nacional estadounidenses.












