Altos mandos militares del Pentágono han presentado al presidente Donald Trump opciones actualizadas para posibles operaciones militares en Venezuela, incluyendo ataques terrestres, en medio de la creciente escalada de tensión en el Caribe. Esta revelación, surgida de una reunión secreta y reportada por medios como The Washington Post y CNN, sugiere que la Casa Blanca está considerando seriamente una fase más directa en su campaña de presión contra el gobierno de Nicolás Maduro. El encuentro privado se habría producido 24 horas después del anuncio de la 'Operación Lanza del Sur', una nueva fase de la campaña militar estadounidense en la región.
Según fuentes citadas, el mandatario recibió una sesión informativa actualizada sobre esta operación.
Aunque Trump ha minimizado públicamente la posibilidad de una guerra, asegurando que los días de Maduro 'están contados', estas reuniones indican que la opción militar sigue sobre la mesa. La discusión de 'opciones' concretas con el alto mando militar eleva el nivel de amenaza más allá de la mera retórica. Un sondeo de Reuters/Ipsos indica que un 35 % de los estadounidenses apoyaría el uso de la fuerza militar en Venezuela para reducir el flujo de drogas. El propio Trump ha alimentado la especulación con declaraciones ambiguas, como cuando afirmó: 'En cierto modo tomé una decisión', pero se negó a especificar cuál sería, añadiendo que se han logrado 'avances' en la lucha contra el narcotráfico procedente de Venezuela. La preparación de estos escenarios militares por parte del Pentágono confirma que, más allá del objetivo declarado de combatir el narcotráfico, Washington contempla activamente una intervención directa como una posibilidad real.
En resumenLa presentación de planes militares actualizados al presidente Trump demuestra que la opción de una intervención directa en Venezuela es una consideración activa y seria dentro de la Casa Blanca. Esta planificación, sumada al masivo despliegue naval en la región, indica que Estados Unidos se está preparando para una posible escalada del conflicto, pasando de la presión diplomática y económica a una fase potencialmente militar.