Aunque el presidente panameño, José Raúl Mulino, defendió la cooperación en seguridad con Washington, se apresuró a aclarar que su país “no apoyará ningún acto hostil contra Venezuela”. Estos movimientos se suman a la posibilidad de que Ecuador permita el regreso de bases militares estadounidenses a su territorio, una propuesta que será sometida a referendo. Para analistas, este conjunto de alianzas y ejercicios militares forma parte de una estrategia más amplia de la administración Trump para reafirmar su presencia en Latinoamérica, proyectar poder, contener a rivales como China y, fundamentalmente, aumentar el aislamiento y la presión sobre el gobierno de Maduro.