Sin embargo, para Caracas, este masivo despliegue es parte de un “complot que pueda desencadenar un ataque directo sobre territorio venezolano”. La magnitud de la operación, que también incluye un submarino nuclear y ocho buques de guerra, ha encendido las alarmas no solo en Venezuela, sino en toda la región, redefiniendo el tablero geopolítico y llevando la tensión bilateral a un punto crítico.