Sus declaraciones ambiguas han alimentado la especulación sobre una posible intervención militar inminente.
“En cierto modo tomé una decisión”, afirmó Trump a la prensa, añadiendo enigmáticamente: “no puedo decirles qué es”.
El mandatario vinculó su postura a supuestos avances en la lucha contra el narcotráfico procedente del país suramericano, asegurando que “hemos avanzado mucho con Venezuela en lo que respecta a detener el flujo de drogas”.
Estos comentarios se produjeron poco después de que The Washington Post revelara que Trump había mantenido una reunión secreta para debatir “opciones militares” actualizadas presentadas por altos mandos, que según CBS News incluían ataques terrestres.
Aunque en el pasado el presidente ha minimizado la posibilidad de una guerra, también ha declarado públicamente que los días de Nicolás Maduro “están contados”, a quien acusa de ser un narcotraficante. Esta retórica de ambigüedad calculada mantiene en vilo tanto a la comunidad internacional como al gobierno venezolano, que ve en cada movimiento una posible antesala a un ataque directo. La falta de claridad de la Casa Blanca ha convertido la situación en un foco de inestabilidad regional.













