El operativo combina el uso de sistemas robóticos y buques guardacostas, y su inicio coincide con el despliegue en la región del portaaviones USS Gerald R. Ford, considerado el más poderoso del mundo. El gobierno de Nicolás Maduro percibe esta maniobra como una amenaza directa y un pretexto para una posible invasión, una visión compartida por algunos analistas que la comparan con la justificación utilizada para la guerra de Vietnam. La narrativa oficial estadounidense se centra en la lucha contra el narcotráfico, pero Caracas teme que sea parte de un complot para un ataque directo.

En respuesta, Rusia ha instado a Estados Unidos a no tomar medidas que desestabilicen a Venezuela y a actuar en concordancia con el derecho internacional.

Analistas internacionales, como Alejandro Chala, sugieren que la operación busca reafirmar la presencia de EE.

UU. en el continente en un contexto de creciente multipolaridad. La activación de 'Lanza del Sur' no es un hecho aislado, sino que forma parte de una demostración de poderío militar sin precedentes en generaciones, que incluye ataques a supuestas narcolanchas y ejercicios militares con aliados regionales, consolidando un ambiente de alta tensión.