Este debate interno en Estados Unidos es crucial, ya que una autorización del Congreso sería un paso fundamental para legitimar cualquier intervención.
La iniciativa del Senado refleja el escepticismo de algunos legisladores sobre la efectividad y las consecuencias de una solución militar, abogando por la diplomacia y las sanciones como herramientas de presión. La medida representa un obstáculo potencial para los planes más agresivos de la administración Trump y añade una capa de complejidad a la ya volátil situación entre ambos países.










