El incidente llevó al gobierno colombiano a llamar a consultas a su embajador en Washington, evidenciando el profundo deterioro de las relaciones bilaterales. La controversia surgió a raíz de una imagen tomada en el Despacho Oval durante una reunión entre el presidente Donald Trump y legisladores republicanos. En la foto, un asesor sostenía un documento titulado “La doctrina Trump para Colombia y el Hemisferio Occidental”, que incluía una imagen generada por IA de los mandatarios colombiano y venezolano con overoles naranjas de prisioneros. La fotografía fue publicada en la galería oficial de la Casa Blanca y permaneció visible hasta que fue reportada por la revista Cambio, tras lo cual fue retirada. El presidente Petro reaccionó con indignación, calificando el hecho como un “irrespeto brutal” y justificando así la llamada a consultas de su embajador, Daniel García-Peña, para esclarecer por qué se le exhibía “como si fuera un preso en cárcel de los EEUU”. El documento en cuestión, según los informes, detalla una estrategia para confrontar lo que denomina el “secuestro del gobierno colombiano por narcoterroristas”, proponiendo sanciones contra Petro y su círculo cercano, e investigaciones sobre la financiación de sus campañas. Este episodio agrava las ya tensas relaciones, previamente afectadas por las críticas de Petro a las operaciones militares estadounidenses en el Caribe y su postura frente a la política antidrogas de Washington.