La postura del mandatario colombiano ha sido consistente en su rechazo a la escalada militar.
Petro condenó los ataques estadounidenses a embarcaciones cerca de Venezuela, afirmando que en uno de los incidentes hubo víctimas colombianas y que se trataba de “humildes ciudadanos”.
Esta denuncia fue desestimada por Washington, que pidió al presidente retractarse.
Lejos de hacerlo, Petro elevó su protesta al ámbito diplomático, anunciando su ausencia en la próxima Cumbre de las Américas. Justificó su decisión citando la exclusión de Cuba, Nicaragua y Venezuela, y añadiendo como motivo principal la “agresión en el Caribe que se había constituido como zona de paz”. Su rechazo se agudizó tras las declaraciones de Donald Trump sobre la posibilidad de autorizar operaciones terrestres de la CIA en Venezuela. Al respecto, Petro advirtió: “Sé qué puede pasar en Colombia, y esa es mi responsabilidad, si allá caen misiles o, como anuncian hoy, si empieza por tierra una actividad violenta de agentes de la CIA”. Con esta posición, el gobierno colombiano se distancia de la estrategia de Washington, abogando por el diálogo y proponiendo incluso la mediación de Catar para reducir las tensiones.












