Esta retórica es la justificación principal para la escalada militar en el mar Caribe, donde las fuerzas estadounidenses han llevado a cabo ataques letales contra embarcaciones calificadas como de "narcoterroristas".
Sin embargo, esta narrativa presenta contradicciones.
Una evaluación desclasificada del Consejo Nacional de Inteligencia de EE. UU., publicada en mayo de 2025, concluyó que el gobierno venezolano "probablemente no tiene una política de cooperación con el Tren de Aragua (TDA) y no está dirigiendo el movimiento ni las operaciones del TDA en Estados Unidos". A pesar de esta evidencia de su propia inteligencia, la administración Trump utiliza la amenaza del narcoterrorismo para legitimar sus acciones militares y justificar políticas migratorias draconianas, como las redadas masivas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y la deportación de venezolanos. La construcción de esta narrativa es, por tanto, una herramienta geopolítica para presionar por un cambio de régimen en Venezuela.












