Nobel de la Paz a María Corina Machado intensifica la polarización geopolítica
La concesión del Premio Nobel de la Paz 2025 a la líder opositora María Corina Machado ha sacudido el panorama político venezolano, generando un fuerte respaldo internacional para la oposición y una airada reacción del gobierno de Maduro y de la Casa Blanca. El galardón ha intensificado la polarización y se ha convertido en un nuevo punto de fricción en las tensas relaciones entre Venezuela y Estados Unidos. El Comité Noruego del Nobel justificó el premio por la "incansable labor" de Machado en la promoción de una "transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia". La reacción de la galardonada fue inmediata y políticamente significativa: dedicó el premio "al pueblo sufriente de Venezuela" y al presidente estadounidense Donald Trump por su "decidido apoyo" a la causa democrática. Esta dedicatoria generó una compleja dinámica, ya que la propia Casa Blanca había reaccionado negativamente al anuncio. El director de comunicaciones de Trump, Steven Cheung, afirmó que el comité "antepuso la política a la paz" al no premiar al presidente estadounidense por sus acuerdos en Medio Oriente. A pesar de esta crítica inicial, Trump reveló más tarde haber mantenido una llamada "muy amable" con Machado, en la que, según él, ella aceptó el premio "en su honor". Por su parte, el gobierno de Nicolás Maduro reaccionó con furia, calificando a Machado de "bruja demoníaca" y "sayona", sin mencionar directamente el Nobel. Como represalia diplomática, Venezuela anunció el cierre de su embajada en Oslo, Noruega, sede de la entrega del premio. El galardón es visto por analistas como una "bomba atómica" contra el régimen de Maduro, pues refuerza la autoridad moral de Machado a nivel global, eleva los costos políticos de cualquier represión en su contra y la consolida como un símbolo internacional de la resistencia pacífica.



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