Sin embargo, el momento del anuncio no deja lugar a dudas sobre su verdadera motivación.

La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores noruego, Cecilie Roang, confirmó a la AFP que la embajada venezolana informó "que cerraba sus puertas, sin dar ninguna razón". Roang añadió que la decisión era "lamentable" y que, a pesar de las divergencias, Noruega deseaba "mantener abierto el diálogo con Venezuela".

El gobierno venezolano no se había pronunciado directamente sobre el galardón a Machado, pero el presidente Nicolás Maduro se refirió a ella como una "bruja demoníaca" en un discurso posterior.

La cancillería venezolana insistió en que "el Premio Nobel es independiente del gobierno noruego", intentando separar la decisión del comité de las relaciones bilaterales, aunque sus acciones demostraron lo contrario. Este acto de represalia diplomática aísla aún más al gobierno de Maduro y subraya su intolerancia ante cualquier gesto internacional que legitime a la oposición.