Sin embargo, no se han presentado pruebas claras que confirmen estas acusaciones.

Para Venezuela, estas acciones son una "amenaza directa" y un pretexto para una intervención militar con el objetivo de apoderarse de sus vastas reservas petroleras. El analista de seguridad Luis Quiñones señala que el despliegue tiene una "lectura política muy clara", buscando demostrar a Maduro que "no tiene libertad de acción absoluta". Como respuesta, Caracas ha denunciado la situación como una "escalada de agresiones" ante el Consejo de Seguridad de la ONU y ha iniciado ejercicios militares permanentes en sus zonas costeras para prepararse ante una posible agresión.