Una parte central de esta estrategia es la movilización de la Milicia Bolivariana, un cuerpo compuesto por civiles armados leales al gobierno. Maduro ha hecho un llamado a la creación de “brigadas milicianas” integradas incluso por pueblos indígenas para defender al país “si fuese necesario”.

El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, afirmó que el objetivo es proyectar a Venezuela como un “gran poder soberano” y que los ejercicios se realizan bajo la hipótesis de un ataque estadounidense. Esta movilización militar y civil es la respuesta más visible del chavismo a la presión de Washington, buscando no solo preparar una defensa territorial, sino también consolidar el apoyo interno a través de una retórica nacionalista y antiimperialista, presentando la situación como una amenaza inminente a la soberanía nacional.