El gobierno venezolano ha activado despliegues militares en estados costeros clave como Carabobo y La Guaira, donde se ubica el principal aeropuerto del país.

Estos ejercicios incluyen la activación de planes de defensa, redes de vigilancia con drones y la participación de la Milicia Bolivariana, un cuerpo compuesto por civiles armados. El propio presidente Maduro anunció el inicio de los ejercicios con un mensaje contundente: “nos vamos de frente contra el imperialismo”.

Además de los despliegues en la costa, se han realizado maniobras en zonas fronterizas con Colombia y en Caracas. La exguerrillera colombiana Mary Herrán constató en Puerto Ayacucho cómo “la población civil se ha organizado y están recibiendo capacitación sobre lo que, según ellos, puede ocurrir: la invasión de Estados Unidos y Donald Trump a Venezuela”. Esta retórica de una inminente invasión es promovida activamente por el régimen, que ha llamado a la población a alistarse en la reserva y ha televisado los entrenamientos de civiles, incluyendo hombres y mujeres de diversas edades, en el manejo de armas y tácticas de combate. El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, ha afirmado que el objetivo es proyectar a Venezuela como un “gran poder soberano” capaz de resistir las presiones externas.