Expertos como Evan Ellis, investigador del Colegio de Guerra del Ejército estadounidense, sitúan la probabilidad de una ofensiva en un 50 %. Ellis declaró a la agencia AFP que “al presidente Trump se le acabó la paciencia con Maduro” y que si la crisis no se resuelve para finales de año, “podría producirse una decisión de utilizar información de inteligencia creíble y llevar a Maduro ante la justicia”.

El exsubsecretario de Defensa, Frank Mora, descartó una invasión a gran escala, pero consideró probable “una operación quirúrgica contra pistas clandestinas o infraestructura militar” utilizando drones o cazas F-35.

La administración Trump ha elaborado varios planes de escalada militar, y el secretario de Estado, Marco Rubio, ha insistido en que Maduro es un “fugitivo de la justicia estadounidense”. Aunque una intervención al estilo de Irak parece improbable, la combinación de presión militar, sanciones, ruptura diplomática y la narrativa de “guerra contra el narcotráfico” configura un escenario de máxima presión donde la opción de una acción directa ya no se descarta.