Sus declaraciones escalaron la tensión, llevando a la Casa Blanca a emitir un comunicado extraoficial pidiendo una retractación para “retomar un diálogo productivo”. Lejos de ceder, Petro redobló su postura: “Que la Casa Blanca nos dé la información de las personas que han muerto por misiles de los EE.

UU., para saber si mi información es infundada”.

La situación se complicó aún más cuando The New York Times, citando a dos funcionarios estadounidenses anónimos, informó que efectivamente “había colombianos a bordo de al menos una de las embarcaciones destruidas”.

Esta revelación validó parcialmente la denuncia del mandatario colombiano y puso en aprietos la postura oficial de Washington. Petro ha sido un crítico constante de la operación estadounidense, calificando los ataques como “asesinatos” que violan el principio de proporcionalidad y afirmando que las víctimas son “jóvenes pobres del Caribe” y no “narcoterroristas”.