Según Rodríguez, el plan consistía en un “ataque terrorista” que buscaría “comenzar una escalada de enfrentamiento”.

El ministro del Interior, Diosdado Cabello, añadió que exmilitares venezolanos radicados en Estados Unidos estarían vinculados al supuesto complot. El presidente Nicolás Maduro también se refirió al tema, asegurando que su jefe negociador le envió al encargado de negocios de EE.

UU. los datos de los presuntos responsables, incluyendo “nombres, apellidos y ubicación”.

Tras la denuncia, el Gobierno venezolano informó que ha reforzado las medidas de seguridad en torno a la sede diplomática, a pesar de que las relaciones entre ambos países están rotas. “Hemos reforzado las medidas de seguridad en dicha sede diplomática que nuestro gobierno respeta y protege”, declaró Rodríguez.

La acusación se produce en un momento de máxima tensión, con el despliegue militar estadounidense en el Caribe.

Para Caracas, este supuesto plan de atentado formaría parte de una estrategia para fabricar un pretexto que legitime una intervención militar extranjera, similar a una “operación de falsa bandera”.