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Estos entrenamientos incluyen el despliegue de tropas, redes de vigilancia, drones y la participación de la milicia, un cuerpo civil armado afín al chavismo. El presidente Nicolás Maduro expresó en un audio: “nos vamos de frente contra el imperialismo”.

Paralelamente a la demostración de fuerza interna, Venezuela ha llevado la crisis al plano diplomático. Con el respaldo de Rusia y China, Caracas solicitó una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU para denunciar la “grave escalada de agresiones y despliegue militar sin precedentes de los Estados Unidos en el Caribe”. En una carta enviada a la ONU, el embajador venezolano Samuel Moncada advirtió que las acciones de Washington “ponen en riesgo la paz y la seguridad regional e internacional”. El objetivo de la reunión, según Caracas, es “determinar la existencia de una amenaza para la paz y frenar los planes de agresión”.