Caracas ha denunciado formalmente un "acoso militar" y una "provocación", elevando la alerta de sus fuerzas armadas ante una posible agresión.
El gobierno venezolano ha ordenado el despliegue de tropas en zonas costeras estratégicas como los estados de La Guaira y Carabobo, incluyendo el principal aeropuerto internacional del país en Maiquetía.
Estos ejercicios involucran a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y a la milicia, un cuerpo castrense conformado por civiles que, según Maduro, está listo para defender la soberanía. El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, denunció la incursión de al menos cinco aviones de combate estadounidenses que sobrevolaron cerca de las costas venezolanas, calificándolo como una "gran amenaza contra la seguridad de la nación".
En el plano diplomático, Maduro ha buscado respaldo internacional, enviando una carta al papa León XIV para solicitar el "apoyo especial" del Vaticano para "consolidar la paz". Además, el presidente suscribió un "decreto de conmoción externa", que le otorga facultades especiales para actuar en materia de defensa y seguridad, incluyendo la posibilidad de una "movilización nacional" si la agresión escala. El discurso oficial en Caracas se centra en la resistencia ante lo que consideran un intento de Washington de imponer un "cambio de régimen" por la fuerza.












